A nadie en la vida le gusta vivir inseguro; a todos nos gusta sentirnos seguros, bien protegidos. Ya que la seguridad produce paz dentro de uno. La falta de paz es el reflejo de falta de protección y seguridad.
A diario vemos la necesidad de vivir bajo una protección. Hoy en día las personas protegen autos, casas, celulares, buscan tener seguros de salud para estar bien protegidos, por su puesto, que no hay nada malo en esto. Solo que la mayoría de las personas han desmerecido la importancia de una protección espiritual la cual es fundamental para vivir seguros ante cualquier ataque espiritual. Lo cierto es que, aunque creamos o no, en la existencia de las envidias, maleficios, hechizos, brujerías, eso no disminuye el efecto que estas clases de maldades producen en la vida de una persona desprotegida. Debemos entender que por mas que despreciemos una enfermedad que nos desahucia está no se ira de nuestro cuerpo, muy por el contrario, continuara avanzando si uno no toma los tratamientos y las decisiones debidas.
En el mundo espiritual, muchos de los problemas espirituales sufridos por muchas personas no se debe únicamente a causa de un ataque espiritual a base de maleficios o daños espirituales sino por falta de una protección divina e espiritual. Imaginemos por un momento; una persona que sufre un impacto de un choque de autos pero que a causa de no traer el cinturón sufre severas lecciones que podrían haber sido evitadas si se hubiera prevenido y protegido tan solamente colocándose el cinturón. Puede que este ejemplo sea tan sencillo, pero nos permite reflexionar un poco de cómo la protección espiritual funciona, ella nos protege en medio a un mundo donde sin duda alguna la maldad abunda.
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